Hoy quiero hacer un llamamiento a todas las personas para cortar cabezas. Pero no os asustéis no es para acabar con ese vecino que lleva tocando su batería día y noche sin parar, o para que vuestro profesor os deje un poco en paz. Es para algo más, es para destronar a todos esos sentimientos que no son bien recibidos. Yo por ejemplo quiero cortar la cabeza al odio que e sentido cuando me han hecho sentir mal, quiero cortar la cabeza a la tristeza que cada día me perseguía y contarle la cabeza al desánimo que me hace ver los obstáculos mucho más grandes de lo que son. ¿Y para que cortarles la cabeza? Pues para que sentimientos dulces y tiernos que habían sido expulsados regresen y vuelvan a gobernar en tu corazón. Porque es mucho mejor ser amado que temido. Así que todos los que han sufrido, sufren, o ven sufrir, cojan aire y digan bien alto a esos sentimientos:
¡OS CORTO LA CABEZA!
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