miércoles, 25 de enero de 2012

El amor explicado por una jardín de flores

    El otro día quedé con mis amigas las flores parlantes, y como es lógico, tuve que ir yo ya que ellas no se pueden mover. Después de que cantáramos juntas la fiesta del jardín, quisieron explicarme que es el amor con preciosas analogías de flores:
   - El amor comienza como los pequeños pensamientos,-empezó a explicarme la flor que ejercía de superiora- sin acción, sin palabras, pero todo muy hermoso. Poco a poco empiezan a brotar las dulces palabras y los sutiles sonrojamientos de las mejillas, pequeños y casi insignificantes pero a la vez sinceros como las margaritas. Entonces se muestra el amor al mundo por fin, se muestra como lo hacen las petunias, brillantes y hermosas. Luego llega el amor como los dondiegos, rebosantes de amor por todas partes. Pero poco a poco nacen las rosas, llegan los sentimientos más profundos, pero también nacen las pinchos y con ellos el dolor, y luego solo bortan cardos que matan todo el amor que ha podido alguna vez existir.
   - ¿Y no puede haber un amor que dure eternamente? –pregunté.
   - No pequeña, como las flores, el amor se marchita, y al igual que a nosotras al amor lo sustituyen otros amores. Pero un buen jardinero sabrá como cuidar por mucho tiempo a su flor.

lunes, 16 de enero de 2012

Después de llorar está el dodo...

   Después de inundar la pequeña cajita de desesperación donde estás metida con tus lágrimas sales por una pequeña abertura de esperanza donde puedes observar el dolor en forma de lágrimas que has derramado. Y encima de este mar de lágrimas, flotando, estás tú misma y las cosas buenas del pasado que no podías ver en forma de ave no voladora que creias estinguida, como tu alegría.

sábado, 14 de enero de 2012

Lo que hice cuando encontré al conejo blanco...

   El otro día se presentó ante mí un bonito conejito blanco con chaleco y reloj de bolsillo. Le seguí corriendo hasta su madriguera, y justo en el momento en el que iba a saltar me eché atras. El bonito conejo blanco asomó la cabeza y me pregúntó:
-¿No vienes al país de las maravillas?
   Yo, que siempre había oido hablar de ese fabuloso mundo le contesté:
- No me hace falta ir, aquí he encontrado las maravillas que siempre quise, a mis amigos.